Cuento
Arte Improvisado
Tom, un pequeño duendecillo, travieso y ocurrente, al cual le gusta mucho pintar. pero a su padre no le parecía lo que él hacía.
Un dia Tom hizo mucho desorden manchando todo a su alrededor, incluso él era un desastre lleno de plastas de pintura, por todas partes.
Pero que acaso no es la mejor manera en la que el alma se libera?
su padre no lo soporto más lo regaño y le ordenó bañarse, pero que barbaro este pequeño parecía un gato, no se quería bañar y su padre lo metió en una tina afuerzas. el pobrecillo salió empapado y muy molesto. se había terminado sus pinturas y no tenia nada mas con que pintar, estaba desesperado, no sabia que hacer, necesitaba satisfacer su necesidad de expresión.
muy triste, molesto se fue a vagar por ahí, en el bosque, cuando de pronto; se encontró con un lápiz muy contento lo tomo y pronto comenzó a trazar todo lo que se le venía a la mente, pero nunca se percató que era la cola de un dragón, grande, verdoso y maloso.
Tom muy asustado se echó a correr, pero este veloz dragón estaba furioso, le lanzó un rugido cargado de llamas.
Tom muy asustado se echó a correr, pero este veloz dragón estaba furioso, le lanzó un rugido cargado de llamas.
Tom quedó chamuscado, con los pelos parados, no tardó mucho en descubrir que ese polvo negro que le cubría la piel, pintaba y con el comenzo ha hacer un gran mural.
Conclusión:
por mas que intentes o intenten reprimir lo que somos, siempre encontrará una forma de manifestarse.
Autor: Montaño Castillo Silvia Alejandra Fabiola
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